sábado, 26 de octubre de 2013

Ausencia dorada.

No se escuchan del alma las penas
si no se cuentan con desazón 
y agria melancolía.
Late fuerte corazón, 
pero no de cualquier manera,
porque devota te es mi pasión 
y toda la esperanza mía. 

Late fuerte corazón 
y vuela con cálido sol 
sobre este ignoto dolor hasta tierra baldía.
Haz que retumbe tu amor, 
que los sueños florezcan,
que ardan por mil las dudas y penas 
hasta encender en mi alma la vida
o hasta que muera de pena. 

Late fuerte corazón 
y entre los pasos de la muerte 
sé mi luz, sé mi faro, sé mi guía.
Y si te vas, vete. 
Y si te mueres a-Dios con alegrías,
pero late fuerte corazón.
Late hasta el último de tus días 
y entonces dorada será tu ausencia 
y puede que grises algunos días.
Pero late fuerte corazón 
haciendo infinita esta suerte mía.
Porque en mí, 
los sueños no mueren.
Porque a veces comienzan las cosas, 
donde terminan.
Late fuerte corazón,
y haz infinita esta suerte mía.



LPF.01f85

viernes, 25 de octubre de 2013

Una buena razón para vivir.


Hemos de vivir por el eco de las pequeñas cosas y los pequeños gestos. Porque la mayoría pasamos esperando ese gran momento, que nos muestre esa gran señal en el cielo, que nos indique el advenimiento de semejante acontecimiento y a veces es tan grande la expectativa que no vemos más nada. Tan grande que ni siquiera llegamos a hacer la sumas de los pequeños.

lunes, 14 de octubre de 2013

Gente que me gusta.


Me gusta la gente que presume de no haberse equivocado... Por ejemplo esos que se vanaglorian de no tener hipotecas, pero que al mismo tiempo dicen en voz baja que viven en casa de sus padres o de alquiler. Los mismos que con treinta y tantos años y sin estudiar ni trabajar su madre todavía les hace la comida, les lava la ropa y de vez en cuando les deja algo de dinero para sus caprichos. Me gustan, porque cuando hablan parece que por el simple echo de no estar pagando una hipoteca, tienen la vida resuelta, la receta de la felicidad o el secreto para vivir los mejores momentos de la vida sin perderse nada. Me gusta esta gente que critica a los hipotecados, porque ellos creen que no les afecta la subida de la luz ni del IVA, como creen que tampoco les afecta el paro y los recortes. Me gusta incluso la manera en que se creen libres, mientras se abstienen de defender alguno de los derechos que constitucionalmente les pertenecen.

Sin embargo me gusta más la gente que madruga para irse a trabajar o buscar un empleo, esos que ilusionados se despiertan con un plan en la cabeza cada mañana y no cejan en su empeño. Me gusta esta gente porque no se rinde por malos que vengan los tiempos y por mayoría no se castigan pensando que están haciendo ricos a los del banco, sino que intentan medrar para aliviar el futuro de sus hijos y familia. Me gusta esta gente porque tienen ilusiones, porque le pueden cambiar el color a las paredes de su casa sin pedir permiso a nadie, porque tienen sueños que probablemente conviertan en propósitos sin detenerse hasta alcanzarlos, hasta llegar a ellos.

Me gusta esta gente, porque son el resultado del esfuerzo y la constancia de una generación a la que nada le detiene ni le impide soñar, porque no son impresionables, porque son imprescindibles, porque son un ejemplo y porque a pesar de la que está cayendo, todavía no renuncian a los más elementales de sus derechos, tener una vivienda digna y un trabajo decente. Me gusta esta gente, porque mira al futuro y no teme al porvenir y puestos a elegir, siempre he de preferir ser uno de ellos, aunque termine en alguna plataforma de afectados.