martes, 25 de noviembre de 2014

Vértigo...






No entiendo como alguien que está dispuesto a sacrificar su juventud trabajando de sol a sol, sin condiciones y con un sueldo precario. Asumiendo unos riesgos laborales inaceptables o sin trabajo en muchas ocasiones. Teme irse a trabajar al extranjero. Y mucho menos lo entiendo cuando el destino es un país Europeo. 

No lo entiendo sobre todas las cosas, porque su vida no correrá mayores peligros que los que le proponga su espíritu aventurero. Y digo esto porque por mayoría no tendrán que saltar el equivalente a diez o doce metros de vallas con alambres de púas encima y videocámaras de vigilancia. Ni correrán el riesgo de morir cruzando a nado el estrecho. Especialmente porque no tendrán que empezar jamás de cero, lejos de su familia, sin un centavo y sin documentos.  A esta gente lo único que le puedo recomendar es que intente comer un poquito menos, porque si con la barriga vacía no se puede pensar, demasiado llena te induce a la pereza y el sueño. Sin animo de ofender.



Fotografía: Charlie Clyde Ebbets
Fecha: 20 de septiembre de 1932
Lugar: Rockefeller Center de Nueva York

sábado, 15 de noviembre de 2014

Maridajes perfectos.











Maridajes perfectos,
el de la paciencia y el silencio,
el de la muerte y la vida,
el de mis palabras y como te recuerdo,
el de las despedidas y los reencuentros.
Mil besos y tu cuerpo,
... mis besos y tu cuerpo.
Y la luz de una vela y la penumbra,
O las piedras y el camino,
el azar en día nuevo, 
incluso después de la lluvia
o a pesar de nuestro destino incierto.
Maridajes perfectos,
el del fracaso y los intentos, 
el del éxito y las críticas, 
más sencillo, cine y palomitas,
te quiero y un beso,
el de las lágrimas y las sonrisas, 
el del amor y el respeto.
Maridaje perfecto, 
que ambos pudiésemos compartir lo que nos quede por vivir.
Aunque a ciencia cierta, 
no sepamos del todo nunca, como hacerlo.


LPF.01F85.
Obra: La nacencia.
Artista plástico: Alvaro Reja.



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lunes, 3 de noviembre de 2014

quien le espera...
























Sin importar cuanto tiempo,
la muerte le espero después de nacer.
Y sintiose honrada y dueña de su cuerpo,
como de todo lo que envejece y muere 
o lo que simplemente mata el tiempo. 
Abrumada y tristemente alegre
con la certeza de quien le tendría para siempre
aunque fuere sin tardes de sol, 
sin colores ni besos,
y convencida de que no podría escapar de su propio final.
Quiso que en vida alcanzare todos sus sueños,
que fuere feliz y que muriese de viejo
en un compasivo intento por agotar sus penas
porque a vivir aprendiera
o para que tan sólo fuera,
más que la suma de todas sus derrotas y miedos...
Y le esperó sin premura 
y con tan áspero silencio.
Que sólo pudo advertir de ella el tiempo. 
Menos, por las arrugas 
y más por lo sabio, que por lo viejo. 
Oh moribundas penas,
jamás sabrá la muerte que es él 
quien le espera,
en días tan escasos,
que a penas piensa en ella.
Aunque cautelosamente recorra su cuerpo,
zigzagueando a cada instante, 
por el cálido torrente de sangre
que se precipita del corazón hacia sus venas, 
haciendo más dulce su agonía
 en cada intento de abrazar cuanto les separa,
para amar sin reglas.


Obra: Paisaje Poeta.
Artista Plástico: Alvaro Reja.