domingo, 29 de enero de 2017

Azarosa muerte.


Azarosa muerte
que con todo hasta hoy has podido.
sólo te llevas,
su dolor de espalda,
la tristeza,
y las lágrimas de mi negra hermana
y de quienes le han conocido.
Ni su corazón, ni su alma,
ni la última palabra,
ni su espíritu vencido.
Sólo el cuerpo cansado
y la voz apagada,
de quien rugió a la adversidad
hasta el último suspiro,
por ser y haber sido:
Padre y cobijo, piedra y camino,
huella imborrable,
parte y destino.
Azarosa muerte,
en mi pecho no ardes
no dueles, ni cabes
y aunque la herida sea grande,
no eres ni serás culpable
por todo lo sufrido.
sólo serás de esta vida una parte,
y aunque te llevaste su pulso y su aire,
sé que también 
le has querido.
Y nada hay más importante,
que haber vivido de tal suerte, 
como para te recuerden 
con amor los vivos.